sábado, 6 de julio de 2013

Aires de cambio

Tal vez hayan notado que hace un buen tiempo que no escribo. No es que no haya cosas para contar. Thiago está por cumplir un año (ya!) y hay cosas nuevas todos los días :)
Se trata de un impasse que me he tomado, un poco concientemente, un poco sin darme cuenta, porque un cambio importante se está gestando en mí, y afecta directamente la sobrevivencia y la forma del blog. Pronto, espero, podré contarles y mostrarles las novedades.
De a poco, sin prisa pero sin pausa, estoy animándome a dirigirme hacia donde quiero estar. Perdiendo el miedo a la libertad. Mudando de piel en el Año de la Serpiente, preparándome para emerger con toda la fuerza (el próximo es MI año...). Enfocándome cada vez más en lo que me hace feliz. En mi trabajo sobre todo, pero no tiene sentido, para mí, separarlo del resto de mi vida: soy mujer, mamá, psicóloga, y nada de eso puede separarse. La totalidad de mi corazón está puesta en cada rol, y no podría hacerlo de otra manera.
Hace un par de semanas participé por primera vez en un ritual de la Noche de San Juan. Trece mujeres unidas por el amor y el simple placer de encontrarnos, encendimos un fuego, y quemamos todo aquello de lo que queríamos liberarnos. Hicimos ofrendas y conectándonos con nuestra energía femenina, expresamos nuestros deseos de amor y paz para el  mundo.
Yo no pude expresarlo en voz alta porque una gran emoción me embargaba. Pero además de comulgar con las oraciones de mis compañeras de tribu, desde lo más profundo de mi corazón emití mi deseo: no temer más a mi propia libertad. Ser responsable de mi propia felicidad. Valorar todo lo que me rodea y lo que logro cada día.
Hacia allí voy. Sé que tendré los mejores compañeros de viaje...

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